Ante todo quiero dar las gracias a todas esas personas que, en mi opinión, merecen ser llamados héroes.
A todos aquellos bomberos y policías que perdieron la vida durante los rescates llevados a cabo antes y despues del derrumbamiento de las torres, gracias.
A los pasajeros de los aviones contra el Capitolio y el Pentágono por mantener la calma cuando todo estaba perdido y tener el valor de estrellar los aviones sacrificandose y salvando así a miles de personas, gracias.
A William Rodrigez, el conserje de las torres, quien tenía las llaves de las oficinas y el valor suficiente para subir piso a piso abriendo las puertas y salvando centenares de vidas, gracias.
A los voluntarios que se prestaron para ayudar en los equipos de rescate a pesar del riesgo que conllevaba, gracias.
La verdad es que me parece increible que 19 personas puedan acabar con tantas vidas y causar tanto horror; sin embargo ha quedado demostrado que así es, y no debemos volver a subestimar el poder de quienes son capaces de acabar con millones de vidas sin ni siquiera pestañear. Porque, a pesar de lo que digan los cuentos, el bien siempre lleva las de perder, porque el mal juega con ventaja.
Ahora me gustaría poder dedicarles un minuto de silencio en mi blog. Espero que vosotros al leerlo tambien dediqueis un minuto de vuestra vida a pensar en aquellos que la perdieron aquel 11 de Septiembre de 2001.
Uy si, me acuerdo de haber llegado del cole a mi casa y ver el lio que se había armado con el atentado, por la tele...
ResponderEliminarMuy buena entrada!
Beso!