Holaa! :)

Hola! Es la primera vez que publico algo asi que espero que os guste y por favor comentad :)

Muchas graciias :)




jueves, 26 de mayo de 2011

Capítulo 21

Antes de nada, lo siento muchisimo por llevar tanto tiempo sin escribir. Ya se que lo he dicho mas veces, pero es que estamos a final de curso y estoy liadisima entre trabajos, examenes... en fin, que lo siento. Por cierto, los retos esos que voy subiendo son pequeñas historias que escribo siguiendo unas pautas que me da una amiga. No pensaba ponerlos, pero me gustan asi que, espero que a vosotros tambien. Muchos besoos y lo siento. Ahi va el capítulo:

Cuando volví a salir al patio, la fiesta había acabado. La música estaba apagada, la mayoría de la gente se había ido, y los pocos que quedaban ayudaban a limpiar y recoger el jardín.
- ¡Lucía! ¿Dónde estabas?
- Dentro, ¿Por qué?
- Nada, te estaba buscando por si querías ir a desayunar. Conozco un sitio muy bueno aquí cerca, luego si quieres te acerco al hotel.
- Vale, pero invitas tú.
- Que cara...
Me eché a reir y cogiéndole de la mano salimos corriendo de la casa.

Después de unos 5 minutos en moto, Diego paró delante de un sitio que yo conocía muy bien, no pensé
que hubiera un Starbucks en Marruecos.
- ¡Un Starbucks!
- Me alegro de que te guste la idea. - Dijo con una sonrisa.
- No pensé que hubiera uno aquí.
- ¡Ni que Marruecos fuera un país tan anticuado hombre!
Entramos en la cafetería, no era muy grande, sin embargo tenía un aspecto muy parecido al que tenían todos los Starbucks en Madrid. Mesas redondas que parecían tableros de ajedrez, algunas sillas de madera, un par de sillones, la misma barra, las mismas paredes... Era como estar de vuelta en Madrid, pero con Diego. Como me gustaría que pudiese venir conmigo, entonces no tendría de que preocuparme...
- ¿En que piensas?
- En que me encantaría que esto no acabase nunca.
No dijo nada, solo sonrío y me dio un fugaz beso en los labios.
- ¿Que quieres tomar?
- No se, cualquier cosa, ¿Tú que vas a pedir?
- Un café, ¿Te pido uno?
- Vale, te espero en la mesa.
Elegí una mesa para dos, junto a una ventana enorme que daba a la calle. Era temprano, pero aun así había mucha gente corriendo de un lado para otro, todos vestidos de traje y con un maletin en la mano. No pense que la parte moderna de Marruecos fuese... en fin, tan moderna.

- Ya estoy aqui. - Dijo Diego dejando la bandeja con dos cafes en la mesa.
- Vamos a jugar a un juego. - Dije yo sonriente.
- Miedo me das.
- ¡Calla! - Dije dandole un ligero golpecito en el brazo. - Es un juego que me enseño mi padre. Consiste en elegir a una persona de la calle e inventarse cosas de ella. Cada uno tiene un minuto, el que mas cosas diga de la persona, gana.
- Me parece bien. Empiezo yo.
- Vale, pues hablame de... ¡Esa señora! - Dije señalando a una mujer por la ventana.
- Bien. Esa señora se llama Margarita. Tiene 3 hijos y es viuda. Va corriendo a trabajar, es secretaria y tiene una relacion secreta con su jefe... Emm...Sus hijos de llaman Jaime, Almudena y Paula, se pelean todo el rato y su madre esta harta de ellos. Margarita vive en la parte antigua de la ciudad en una casa pequeña porque no gana suficiente a pesar de que el jefe no hace mas que subirle el sueldo...
- ¡Tiempo! Me toca.
- Vale, hablame del señor ese de a camisa roja.
- A ver, ese señor se llama Joaquin. Esta soltero porque no le gustan las relaciones largas y ademas ninguna mujer quiere estar con el porque es muy mala persona. Su color favorito es el azul, pero el rojo le da suerte, y hoy tiene una entrevista de trabajo para ser camarero, lo que pasa que va de traje para aperentar que tiene un cargo importante. Tiene un hijo que vive con su madre en Australia, pero no lo conoce y no se habla con la madre. Vive en casa de su madre porque se ha quedado sin dinero al hacer una mala inversion. Tiene 7 hermanos y 4 de ellos tambien viven con su madre. Su padre murio en un accidente el año pasado, por eso ya no coge nunca ningun tipo de transporte...
- ¡Tiempo! Esta claro quien ha ganado...
- Yo, obviamente, pero no sufras, es cuestion de practica.
- ¡Pero que mentirosa! Claramente he ganado yo.
- ¡Que dices! Mira, ahora veras. - Dije levantandome de la mesa y acercandome a la de al lado, donde una pareja charlaba animadamente. - Perdonen, ¿Podrian decirle a mi novio que mentir esta mal y que yo tengo mas imaginacion que él? - Ambos se quedaros mirandome sorprendidos.
- Disculpen, esta borracha. - Y dicho esto me cogio de la mano y me hezo volver a la mesa ante la mirada de desaprobacion de la pareja.
- ¿Pero que haces?
- Joder, que sosa es la gente aqui, en Madrid son mas simpaticos...
- Ya, pero esto no es Madrid.
- Venga, Diego, no me digas que no ha sido gracioso.
- Esta bien, ha sido divertido, pero no lo hagas mas, que la verguenza que he pasado... - Dijo mientras una sonrisa se le dibujaba en la cara.
- Tienes que venir conmigo a Madrid, entonces sabrias lo que es pasar verguenza.
- No quiero ni pensar lo que haces alli...
- Hablo en serio, vente conmigo. - Dije sonriendo.
- Lucía, no tengo dinero, ¿Como quieres que me pague el viaje?
- Bueno, es igual, no pensemos en eso ahora. - Dije tratando de cambiar de tema.
- Vale. Ya son las 8, ¿Te llevo al hotel?
- Si, por favor.
- Que pocas ganas tienes de estar conmigo... - Dijo haciendo un puchero.
- Es que estoy agotada, ha sido una noche larga.
Diego sonrio y dio un descarado beso en la boca.
- ¿Esto no te da verguenza o que? - Le dije riendome cuando se separó
- Anda, vamos.

Tardamos unos 20 minutos en llegar al hotel, esperaba que mis padres estuviesen durmiendo todavía, aunque, a decir verdad, lo dudaba, eran las 8:30 de la mañana y les encantaba levantarse temprano en vacaciones, no los entendia.
Diego paró la moto justo delante del hotel.
  
   - Bueno, yo me subo ya, que estoy agotada.
   - ¿No te despides de mi?
   - No, te dejo con las ganas para luego. - Respondí con una pícara sonrisa.
   - ¿Para luego? ¿Es que nos vamos a ver?
   - ¡Hombre pues claro! Esta noche voy a la plaza con mis padres, pero es tan grande que seguro que me...
No me dejó acabar la frase, me besó. No me pilló desprevenida, la verdad era que lo estaba esperando.
   - Pierdo. - Dije sonriendo cuando acabó.
   - Seguro que yo también me separo del grupo por accidente a eso de las 9...
   - Eso espero. - Y dandole un beso en la mejilla salí corriendo hacia el hotel.
Pedí la llave de mi habitación en recepción y me metí en el ascensor, pero cuál fue mi sorpresa al encontrarme a Marco dentro de él.

   - Parece que es nuestro destino encontrarnos en los ascensores.
   - Hola, Marco, ¿Qué tal la fiesta?
   - Muy bien, aunque casi no te he visto, ¿Dónde has estado?
   - Es una larga historia, no preguntes.
   - Vale. Por cierto, ¿Natasha y Amina son amigas tuyas?
   - ¿Por qué? ¿Que te han dicho?
   - Nada, han intentado convencerme de que me liase contigo en la fiesta...
   - ¡Serán putas!
   - ¿Que pasa?
   - Nada, tú no hagas nada de lo que te digan.

Llegamos y me bajé del ascensor bastante cabreada. Esas chicas eran insoportables, ¿Es que no iban a dejarme en paz?

   - ¡Lucía!
   - Hola, mamá.
   - ¿Y esa ropa?
Mierda. Se me había olvidado cambiarme.
   - Nada, mamá, que... Se me manchó la camiseta y Anna me dejó algo de ropa...
   - Hay que ver, Lucía, tienes que tener más cuidado... Bueno, date prisa y cambiate de ropa, que nos vamos.
   - Mamá, estoy agotada, no he dormido en toda la noche...
   - Está bien, quédate. Pero a las 7 venimos a buscarte para ir a dar una vuelta y a cenar.
   - Vale. Gracias, mamá. Te quiero, un beso.
Mi madre se fue y yo me metí en la habitación. Me quité la ropa que llevaba, era raro que mi madre no se hubiese dado cuenta de que el vestido era mio, pero bueno, mejor para mi. Me puse mi camiseta del campamento, la que usaba para dormir, abrí la cama, apagué la luz y en seguida me quedé dormida.